En el relato que acabamos de leer, encontramos, en trazos
más bien gruesos, el momento en que el Señor Jesucristo llamó definitivamente a
algunos de sus discípulos a seguirle. Según el relato de Juan, este llamamiento
podría haber ocurrido más o menos un año después del momento en que ellos
conocieron por primera vez al Señor Jesús.
En el evangelio de Juan se nos relata el momento preciso en
que Juan el Bautista presentó al Señor Jesucristo como el Cordero de Dios. Y,
fue entonces cuando Juan y Andrés, hermano de Pedro, y luego también Santiago,
hermano de Juan, conocieron al Señor Jesús. Hubo luego un periodo, tal vez un
año, en que él estuvo relacionándose con ellos, donde ellos probablemente iban
y volvían a su oficio de pescadores.
Pero este pasaje relata el momento preciso en que el Señor
los llama a abandonar su oficio, su trabajo y sus esfuerzos, para seguirle de
manera completa y definitiva por el resto de sus vidas. Es un momento trascendental
en la vida de los discípulos.
Hay un momento en que nosotros conocemos al Señor; un momento inicial en que el Señor llega a
nuestra vida. Pero hay un momento tan importante como éste más adelante, en que
él, definitivamente, nos llama a abandonarlo todo y consagrarnos totalmente a
seguirle y a servirle.
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