HIJO MÍO, cuando clames a mí yo
te responderé. Daré oído a tu oración y te mostraré las maravillas de mi gran
amor. Te guardaré como a la niña de mis ojos y te ocultaré en la sombra de mis
alas de los malvados que quieren destruirte. Me levantaré y confrontaré a tus
enemigos, y los de arribaré.
Te rescataré del malvado con mi espada y te
salvaré de tales personas. Mis ojos están sobre los justos, y mis oídos atentos
a su oración. Pero mi rostro está contra quienes hacen maldad.
Salmos 17:6-9, 13-14; 1 Pedro
3:12
Declaración en oración
Tú has escuchado mi súplica y
recibirás mi oración. Tú has dicho que responderás mis oraciones y has
establecido un momento en que acudirás a salvarme. Tú escucharás la oración del
destituido y no menospreciarás su oración. Tú oirás el lamento del prisionero y
liberarás a quienes van a la muerte.
Antes de que yo clame, tú responderás, y
mientras yo esté hablando, tú oirás.
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