En lo referente al tiempo y a las circunstancias no
necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor
llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad»,
entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a
la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en
tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois
hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas.
Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.
Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener
la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros para
que, despiertos o dormidos, vivamos con él. Por eso, animaos mutuamente y
ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.
Palabra de Dios
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