Ninguno de nosotros está exento de heridas y traiciones,
menosprecio y ofensas. El asunto es que hacemos con ellas.
Generalmente ante una herida en nuestra piel, de acuerdo a
su tamaño vamos a especialistas que puedan ayudarnos.
Cuando es un lugar visible, tratamos que no nos quede
ninguna cicatriz, y nos olvidamos completamente de ella. Muchas veces sí quedó
algo visible solamente lo recordamos cuando de pronto alguien nos pregunta ¿Qué
te sucedió?
¿Pero qué sucede cuando las heridas son en el alma?
¿Sabía usted que hay una manera de apretar la tecla de
“delete” para borrar ese pasado que ocasionó la herida, el mal recuerdo etc.?
ES EL PERDÒN, cuando usted perdona de todo corazón al que lo
hirió, no regresará nunca más hacia atrás a recordar algo que te causó dolor.
La pregunta es ¿Para qué vivir dos, tres o cien veces lo que
te causó dolor?
Lamentablemente, muchas personas se olvidan de este gran
beneficio de perdonar al ofensor, para liberarse uno mismo. Piensan que no se
lo merece; y si una persona no se arrepintió, de todo corazón de lo malo que
hizo: Lo volverá a hacer.
Usted debe cuidar su corazón, para que no lo vuelvan a herir
pero, también debe cuidarlo perdonando de manera que no vuelva al pasado, sino
que viva el futuro en expectación de gloria, sin dejar que esas cosas del
pasado lo vuelvan hacia atrás.
Recuerde Jesús vino a sanar a los quebrantados de corazón,
si algo te quebrantó, la tecla “delete” de tu alma que es el perdón y esta es
la clave para vivir en gozo. ¿Quiere hacerlo hoy? De lo contrario Dios respeta
su decisión pero recuerde…….El Hizo Todo Para Que Vivas Una Vida Abundante,
Cuando Ponemos Por Obras Sus Principios.
Apóstol: Oscar Agüero.